Que lindo fue el día en el que vi tu cara por primera vez, después de una larga espera siempre viene una grata recompensa, tengo el mejor hijo del mundo.
Tu llegada fue una sorpresa pero desde el primer momento sabíamos lo especial que serias y que habías llegado para cambiar nuestras vidas, llegaste en el mejor momento y nos llenaste nuevamente de ilusión.
Hoy ha pasado más de una año desde aquella primera vez y te sigo amando como el primer día, seguimos aprendiendo y nos seguimos sorprendiendo.
Te has convertido en mi fuerza para despertar todas las mañanas y en seguir trabajando y superándome para que siempre me veas con esa cara de admiración con lo que ahora lo haces, que tu para mi siempre serás mi gran orgullo.
Isabelle
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